mi mente mientras escribo: las mujeres, la maternidad, la tierra, la fertilidad, ecofeminismo etiquetando mis ideas, horticultura definiendo mis anhelos…
yo escribiendo: dicen que los 40 es un momento importante en toda mujer. se habla de las crisis de edades en décadas, en septenios… no sé. pero lo cierto es que me voy aproximando a ese número tan redondo y rotundo. recuerdo cuando con 29 giré mi vida 360 grados, la prepotencia de la treintena osada. en aquellos días calderón de la barca me catapultó a ello con un monólogo que empedraba el inicio de mi nuevo camino.
los de mi generación hemos sido adolescentes tardíos, que a los 18 todavía nos creíamos la película y hasta los 30 no despertamos del engaño. hoy los de 23 ya llevan mucho adelantado y son capaces de plantarse con una caravana en medio de la nada, emulando a un McCandless Thouriano, con el convencimiento de intentar ser autosuficientes y no depender del papá estado-civilizado, al menos por algún tiempo.
m m:….no pagar facturas, no depender del dinero, reciclar comida de contenedores, eco-casas geométricas que se autoabastecen energéticamente…
y e: lo que si sé es que cada vez me estoy volviendo más sencilla, o que busco sencillez, quiero coger poco el coche, ir a la ciudad solo excepcionalmente, comer sano, cuidarme, cuidar de mi hijo, plantar mis bancales de tomates, compartir con mujeres charlas ancestrales, abrazar a mis amigos, oler los pródromos de esta primavera autista, las relaciones humanas, el calor del corazón, el amor frente al trabajo. eso: amor, salud y trabajo, por este orden.
m m: ….comunidades, grupos de crianza, crianza natural, ecoaldeas, agricultura ecólogica, yurtas, terapias gestalts, sistémicas y trasnpersonales, pedagogías libres, libertarias y humanistas…
y e: quiero pensar en el otro, en los otros, en todos nosotros. el yo, el ego, el mío, a veces, pero más veces el tu, el él, el suyo, el nuestro. comerme mi huerto. lo de comerse el mundo para los veinteañeros. la proyección social, el aplauso prestado para otros, el viento y las cenizas para el compost del verano, y el sueño de la vida, de mi vida, el de volver cada vez más a lo más básico, a la tierra, de la que vengo y a la que volveré.
Raquel Galavís
m m: Es verdad pues reprimamos
Esta fiera condicion
Esta furia esta ambicion
y por si alguna vez soñamos
Y asi haremos pues estamos
en un mundo tan singular
que el vivir solo es soñar
y la experiencia me enseña
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son
Segismundo. La vida es sueño. P. Calderón de la Barca
Guaranteed. Eddie Vedder. Into the wild
en esta vida todo es verdad y todo es mentira…
mi mente mientras escribo: las mujeres, los hombres y los niños, la tierra, el cielo, el agua y hasta el fuego que ilumina sus anhelos, CALDERÓN, la paternidad, los ositos de peluche, la creatividad y el clown.
yo escribiendo: dicen que las tres de la mañana es una hora estupenda para despertar la creatividad y ponerse a escribir. Algunos pensarán que esta hora es fabulosa para estar en cama y con los ojitos cerrados. Otros saben que lo importante es que te pille junto a tus seres queridos, aunque sea durmiendo en un sillón de hospital.
Creo que esta ciudad ha sido testigo DE las (que pensé que eran las) dos decisiones más difíciles de mi vida. La primera LA tomé apenas aterrizado en esta ciudad costera. Tras pasar una semana haciendo las veces de profesor novato por el día y pasando las noches en vela por un reto pendiente, decidí coger mi mochila y, dando un giro de 180º, embarcarme hacia Londres en busca de un sueño. Esta decisión me obligó a abandonar el que parecía el trabajo de mis sueños para emBARCArme en un apasionante viaje iniciático que terminaría exactamente 365 días después, cuando contra todo pronóstico, el destino me volvió a traer a estas costas.
Pese a creer que había quemado las naves dejando mi puesto como profe de teatro, los vientos del dios Eolo depositaron a este náufrago de nuevo en un aula de movimiento, con sus mallas negras, su cara de niño y su sonrisa dispuesta. Pensé que aquella decisión tomada un 15 de septiembre cambiaría por completo mi vida y me llevaría por nuevas experiencias inesperadas y, sin embargo, me había llevado exactamente al mismo punto de origen. A veces los dioses tienen un curioso sentido del humor.
La segunda de las decisiones llegaría 5 años después cuando el mismísimo Calderón de la Barca, reencarnado en su Madrid natal y con voz de Ernesto Caballero, me llamó para ofrecerme formar parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. En este caso don Pedro, el maestro barroco, proponía el drama llamado “En esta vida todo es verdad y todo mentira” (qué acertado!!). De nuevo, la idea de este proyecto me alejaba de mi puesto de profesor para adentrarme en el anhelado mundo de la farándula profesional y el teatro al uso en la capital. Sin embargo, en esta ocasión fui incapaz de seguir la llamada y opté por seguir el aroma de la brisa del mar y el rumor de los bosques verdes para continuar con mis mallas negras, mi cara (ya menos) de niño y mi sonrisa (eso sí) intacta.
Si bien este drama filosófico compartía con La Vida es Sueño la obsesión por vislumbrar la diferencia entre realidad y apariencia, sí puedo afirmar que un par de semanas más tarde de quedarme en tierra (firme y verde) aparecía a la puerta de mi escuela una hermosa mujer salida de un cuento de hadas.
Gracias por cantarme nuevos y vibrantes sones sobre educación libre, agricultura ecológica, bio-construcción, estrellas del rock, chivitos aventureros y lunas al amanecer. Gracias por compartir conmigo la brisa del mar y rumor de los bosques. Gracias por recordarme el motivo por el que estamos aquí. Gracias por hacerme reír y soñar a partes iguales. Gracias por hacer que mi corazón lata con fuerza.
Ahora sé que vaya o venga, lejos o cerca, siempre me encuentro a la misma distancia… de mi corazón.
Ningún hombre puede escribir palabras tan bellas sin saber dónde, exactamente , palpita su corazón.