angustia, compasión, belleza, tensión… todas ellas palabras para describir lo que la pantalla vomita en la última obra de Von Trier.
pero más allá de las disquisiciones formales, técnicas, argumentativas o dogmáticas que queramos o podamos hacer, lo que me rondaba por la cabeza al salir del cine era una pregunta:
“si hoy fuese el fin del mundo y el cielo quisiese engullirnos a todos, y los mares regurgitasen todo su lodo, y el fuego ocupase la nada …¿con quién querrías estar para despedirte?”
mi corazón lo tiene claro, sin lugar a dudas…
Raquel Galavís