la vida se puede pasear de muchas maneras: de puntillas, a trompicones, despacio, rápido, a saltos, al trote, al galope…depende.
a veces no podemos escoger como transitar esta senda que nos iguala a todos en la meta pero nos diferencia siempre en el camino. ella escoge por nosotros en que manera quiere que la recorramos.
pero otra veces, otras muchas veces si podemos escoger… y entonces siempre me gusta escoger la inmersión en las profundidades… aunque el abismo de miedo. bucear la vida, mi vida, antes que flotar en la superficie segura.
porque alguien dijo que el miedo nos paraliza y si nos paralizamos no podremos equivocarnos.
por eso me gusta observar los cantos rodados de los ríos (“pelouros” na miña terra) y maravillarme de como la erosión, el viento, el agua los transforma en serenos y calmos en su eterna profundidad, sin aristas… tal y como debería ocurrirnos a las personas en nuestra particular travesía de aprendizaje. para algo ha de servir el desgaste del tiempo, digo yo.
por eso también me gusta mojarme los pies en los ríos. porque me siento un poquito más like a rolling stone.
Raquel Galavís