un sueño? restaurar una masía catalana.
cuántas cosas que amas podrías convertir en tu profesión?
para mi restaurar una casa y decorarla sería una de ellas.
he escuchado historias de abuelos que me contaban de cómo en sus tiempos construyeron sus propias moradas con su manos, sudor y esfuerzo, sin apenas medios económicos y ayudados por la mujer y los hijos. una tarea que en muchos casos les llevaba media vida y que ahora pueden mostrar orgullosos.
así ocurría en mi tierra, la de las casas de granito con muros gruesos y austeros, hace no demasiado tiempo.
y me maravilla descubrir cómo la arquitectura de una zona responde sin duda al clima y por supuesto a una cultura. y cómo esto se refleja en el caracter de sus moradores. hasta que punto nos convertimos en el espacio que habitamos, le impregnamos de nosotros y él nos impregna de si mismo.
en esta cataluña los relieves de la piedra no se parecen en nada al granito sereno. la masía es imponente, abierta y voluminosa. la luz puede permitirse vagar en sus huecos generosos sin miedo a mostrarse luminosa. las sombras se alargan en los muros silenciosos mientras la urbe bulliciosa burbujea a lo lejos.
paseando estas paredes me pregunto sobre las historias de sus antiguos moradores y por las de los actuales. espío los juguetes abandonados, que añoran las risas de sus dueños; los libros sin leer en las estanterías, que aguardan las caricias de otros dedos; el silencio del vacío; la calma de la espera, hasta que la casa se llene de nuevos con las risas y los ajetreos, los desayunos y los leños humeando en el fuego. huele a hogar, a vida, a familia.
Raquel Galavís